Los grandes ciclos exportadores de trigo hacia California y Australia ya para 1850 eran cosa del pasado, aun así Valparaíso continuaba expandiéndose en esta área. Desde entonces pasó a desempeñar un rol como puerto donde se depositaban las mercaderías en tránsito, lo que se traducía en constantes faenas de carga y descarga y trámites aduaneros que le otorgaban una característica vivacidad del ajetreo cotidiano. Era una ciudad donde la variedad era típico de cada día, producto de la cantidad de gente de diversas procedencias que recalaban en el puerto o se instalaban aquí.
Hacia 1857 el aspecto urbano dejaba a un lado sus viejas reminiscencias hispano-coloniales, con casas hechas de adobe y techo de tejas, para dar paso a edificios de dos o tres pisos y a un aspecto típico de una ciudad de Europa. En el plan de la ciudad se luchaba por ganarle terreno al mar, que en ese entonces llegaba hasta la calle Blanco, donde se podía acceder fácilmente a las maniobras de los lancheros y estibadores, lo que provocaba una mezcla entre el puerto y la ciudad. Con una población de unos 60.000 habitantes Valparaíso era una plaza económica y comercial y cuyo moviente creciente generaba necesidades de un sistema económico cada vez más complejo. Debido a esto se crea el Banco Nacional de Depósitos y Descuentos de Valparaíso y la Cámara de Comercio, instituciones financieras pioneras en la región.
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on 18/7/08
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